lunes, 31 de octubre de 2011

No habrá paz para los malvados

ThrillerEspaña
96 minutos
Año: 2011

Director Enrique Urbizu
Guionista Enrique Urbizu
Michel Gaztambide
Productor Gonzalo Salazar-Simpson
Álvaro Augustin
Música Mario de Benito
Fotografía Unax Media
Montaje Pablo Blanco


Intérpretes: Jose Coronado, Rodolfo Sancho, Helena Miquel, Juanjo Artero, Juan Pablo Schuck




El título, como anillo al dedo... Jose Coronado interpreta a Santos Trinidad, un hombre totalmente hundido en su propia vida, que vive en el tormento de la soledad... en un infierno que él mismo se ha construido a su alrededor. Una noche entra en un bar y allí se desata el principio del fin, asesinatos, testigos, drogas, terrorismo...

Enrique Urbizu se desenvuelve como pez en el agua en este género, tan social como ficticio, y que nos lleva inmediatamente a esa frase tan famosa en la que apreciamos que es totalmente cierto que la realidad supera a la ficción. Después de La caja 507 y La vida mancha, Urbizu vuelve a trabajar con Coronado, demostrando que forman un buen equipo.



Es destacable comentar el uso absoluto de las armas como elemento prácticamente protagonista de la trama y hacer una referencia a lo que todo el mundo recuerda cuando ve esta película: el fatídico 11 de marzo en el que la historia de España cambió para siempre. En palabras del propio director, nos encontramos con que No habrá paz para los malvados es un relato sobre cómo podrían haberse organizado los atentados del 11M sin llegar, evidentemente, a centrarse en aquel día conctretamente.

Sorprenden realmente las imágenes, la ambientación y la luz que recrea correctamente la pobreza y la suciedad que envuelven el mal, la vida de los malvados, el terrorismo y la muerte. Y Trinidad en medio de todo esto, persiguiendo en coche y a pie a los malos, luchando por resurgir de la nada pero sin importarle realmente lo que puede convertirse en el fin de una sociedad o en el triunfo de un solo hombre...

jueves, 13 de octubre de 2011

MY BLUEBERRY NIGHTS




Esperaba más de esta peculiar Road Movie. la primera mitad se me hizo muy cansina y densa, pero una densidad caprichosa, que para mi no llevaba a ningun sitio.


Luego empieza a remontar un poco el vuelo, y apunta maneras, pero no termina de despegar, y aunque tenga momentos y diálogos realmente buenos, para mi se queda en una sucesión de personajes, situaciones diversas y sensaciones cuyo epicentro es Norah Jones.


 



Jude Law me resulta más que creible y el tío lo hace bastante bien, es un buen actor. Y aunque sea anecdótica, la aparición de Rachel Weisz es para mi lo mejor de la película. Esa mujer tiene algo que hace que la cámara la adore. Sin ser especialmente llamativa, ni espectacular, ni rimbombante (a lo Charlize Theron, Beyonce, o Eva Mendes) me parece una auténtica preciosidad. Me tienes enamoraito, chata.







Pero bueno, que me enredo, que al final la peli deja un sabor de boca bueno (aunque mejor me lo dejaria la tarta esa de arándanos que sirve Jude Law) pero da la sensación que se podría haber aprovechado un poquete mas las historias.





Y éste es el trailer:

viernes, 7 de octubre de 2011

Los crímenes de Oxford

Título: Los crímenes de Oxford
Título original: The Oxford murders
Dirección: Álex de la Iglesia
País: Francia, El Reino Unido, España
Año: 2008
Duración: 108 min.
Género: Criminal, Romance, Thriller
Reparto: Elijah Wood, John Hurt, Leonor Watling, Julie Cox, Burn Gorman, Anna Massey, Jim Carter, Alan David, Dominique Pinon, Tim Wallers
Guión: Álex de la Iglesia
Productora: Eurimages, Tornasol Films, Telecinco Cinema, La Fabrique de Films






Desde un principio podemos sentirnos cautivados por las calles de Oxford. Esos históricos edificios tan típicos de Inglaterra. Esas calles de adoquines. Esas librerías que encierran entre sus paredes más historias que libros. Y esa universidad. Ese ambiente tan mágico de cultura que se respira entre los edificios de una universidad histórica. Una de las mejores del mundo.
hasta allí se desplaza nuestro protagonista. Elijah Wood interpreta a un joven americano, Martin, que viaja hasta Oxford para realizar su doctorado, dirigido a su vez por Arthur Seldom (interpretado por John Hurt, uno de esos magníficos actores que destacan por toda una trayectoria impresionante destacando su aparición en Alien, el octavo pasajero, al ser el primer poseído por la criatura en esa famosa escena donde el alien sale de su tórax sangrientamente dejando a todo espectador patidifuso en la butaca).

Martin se centra en su trabajo, pero todo lo que le rodea es extraño. Esa casa donde vive, cuya dueña era amiga del propio Seldom... la hija de la dueña, una joven perturbada por su madre... Lorna, la enfermera que aparece en su vida... Y su obsesión por las matemáticas. Para Martin, las matemáticas son la base de todo. Todo objeto, toda razón, toda lógica posible no es real sin analizar las ecuaciones matemáticas necesarias que demuestren su existencia. Pero las matemáticas no son su única obsesión, y el propio Seldom se muestra ante él como un Dios, un experto matemático al que llega a idolatrar.




A partir de aquí la trama se resuelve sola. Asesinatos en serie y nunca mejor dicho, puesto que averiguando la serie matemática se averigua el próximo crimen. Pero todos son sospechosos. Los protagonistas, todos, tienen grandes motivos para asesinar... Martin y Seldom tratan de averiguar... Pero no llegan a tiempo en ningún momento... ¿o si?

Es una película únicamente apta para eruditos. Para espectadores que deseen romperse el cerebro entendiéndola. Para despiertos que las pillen al vuelo. Para no perder ni una sola palabra del excelente guión. Ni una sola pista puede ser evadida por el público puesto que, en ese caso, la pérdida de la trama sería total. Exige concentración absoluta. Exige dejar tus problemas fuera de la sala, olvidarte de tu propia vida y de tu propio ser para centrarte exclusivamente en esas ecuaciones, esas series lógicas, esas mentes privilegiadas, esos seres superdotados que resuelven los problemas matemáticos más complicados de la historia, pero que se vuelven locos ante tanto número y obsesión por buscar esas soluciones.

Alex de
la Iglesia
nos muestra así un mundo que suele estar muy lejos de los espectadores. El mundo de la ciencia matemática. Una ciencia demasiado compleja para unos pero que supone la única vida posible de otros. Es algo tan curioso de contemplar, algo tan incomprensible, tan obsesivo, que hace de la película una cinta original, novedosa, que cuenta con una fotografía excelente, un escenario cautivador, buen director y buenos actores.

Un rompecabezas digno para esas cabezas que quieran romperse.